Bárbaro, porque la tarifa no es lo más aterrador de arrendar.
Los amigos de Cinecolor Films nos invitaron a ver Bárbaro, escrita y dirigida por Zach Cregger, una caótica serie de desastres y cambios rítmicos diseñadas para llegar al único final posible a través del avance dentro del túnel de la trama. La historia sigue a Tess Marshall (Georgina Campbell), una mujer que con una entrevista de trabajo y un corazón roto viaja y se hospeda en el Airbnb más rápido que encontró en uno de los barrios más turbios de Detroit, donde para su sorpresa se encuentra conque su arriendo ya está ocupado por Keith (Bill Skarsgård), el cual también había arrendado el lugar, pero por una página distinta.
En este rumbo de mala administración y los riesgos clásicos de internet, los personajes se conocen y bajan las defensas obvias y apagan las alertas en esta incómoda situación para encontrarse con los secretos que esta casa arrendada empiecen a envolver en sombras más profundas que el oscuro túnel escondido en el sótano con una historia que nos llevará a AJ (Justin Long) y Frank (Richard Brake).
Barbarian tiene un ritmo muy peculiar, al ser una historia que gira entre tantos personajes tiene la tendencia a ir y volver emocionalmente a lo largo de la trama, teniendo un ritmo desconcertante que no suelta la atención del espectador, entregando momentos de tranquilidad y terror en una extraña distribución.
El filme nos entrega los «por qué» de lo que sucede poco a poco, girando en torno a tres ejes o personas que ponen en movimiento la acción o son la razón de tan terrorífico panorama. Esta entrega explora el concepto de violencia detrás de la figura masculina y el negacionismo histórico de los mismos en contraposición a la necesidad de cautela y cuidado que en consecuencia se ha visto forzada a tomar la figura femenina, por lo tanto se exponen temáticas relacionadas al trauma y hacinamiento en un menor sentido, sin dejar de ser bastante gráfica con los límites comerciales mínimos.
Una conclusión común es que la idea es mucho más brillante que la ejecución, puesto que a veces puede ser confusa, sumado a que los trailers nos cuentan poco y nada de lo que deberíamos esperar de una película de este tipo.
Ahora, es una película de terror que funciona cumpliendo su objetivo con un buen grupo de sustos, con descansos de los mismos y evolucionando a un final con más acción dentro de lo que es esta tragedia de errores en la que se ve envuelta nuestra protagonista.
Dicho todo ello, desde Necrocine y agradeciendo a Cinecolor Films los invitamos derechamente a pasar un buen susto en esta experimental cadena de terror que los mantendrá pegados a la pantalla sin saber qué ocurrirá en la siguiente escena.
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