Dr. Strange In The Multiverse of Madness: una maravilla multiversal
La nueva entrega de Marvel nos dejó con los pelos de punta, las expectativas por las nubes y un rumbo muy prometedor para la franquicia. Así es, Dr. Strange In The Multiverse of Madness es una cinta que te atrapa desde el minuto uno y no te deja respirar hasta que aparece la última escena post créditos. Sam Raimi vuelve a la dirección de las películas de superhéroes y lo hace introduciendo los mejores elementos de su carrera y trayectoria dentro de este nuevo arco de Dr. Strange.
El nuevo filme de Marvel sigue la historia de Stephen posterior a los acontecimientos de No Way Home y Wandavision, centrándose en tres personajes fundamentales, Dr. Strange (Benedict Cumberbatch), Scarlet Witch (Elizabeth Olsen) y la recién llegada América Chávez (Xochitl Gomez-Deines) en las aventuras y desventuras de un universo donde cada personaje se enfrenta a los desafíos internos y emocionales más complejos que han experimentado hasta el momento. Pero esta vez no es uno, sino varios universos los que dependerán del crecimiento de cada uno de estos personajes.
Dicho lo anterior, cabe empezar por el regreso de Sam Raimi a las películas de superhéroes y sigue manteniendo la línea, ya que los directores de terror hacen excelentes películas de superhéroes. Así es como Raimi construye una película llena de autorreferencias, de elementos que dan dinamismo a la historia de Strange y construye perfectamente el suspenso detrás de todos los momentos que sacan aplausos o chillidos de emoción. En este filme vemos un MCU que le dio evidentes libertades creativas a Raimi para aterrizar notables elementos de terror y suspenso.
Dentro de esta línea, podemos ver una suerte de evolución en el personaje de Strange que ya mostraba atisbos en Spiderman, un Doctor un poco más carismático y con toques de humor dentro de su personalidad controladora con aires de superioridad, un Stephen que pierde algo de seriedad para darle margen de crecimiento a su personaje. Por el otro lado, el tratamiento de Wanda está enormemente inspirado por el arco de cómics del 2005 «House of M» (el cual fue objetivamente el mejor momento del personaje en el formato de papel) haciéndose cargo de la inestabilidad mental y la sensación de pérdida de la desdichada Bruja, que inicia con Infinity War y se desarrolla en la serie Wandavision.
El punto más relevante para este filme, era que sería el primero en explorar realmente el concepto del multiverso y mostrarnos realidades alternativas, momentos que están llenos de referencias por doquier, ostentando los múltiples universos y más importante, a personajes que no ponían un pie en la pantalla grande desde hace mucho tiempo. La película se plantea como la piedra angular de la interacción de universos, nos cuenta de sus reglas y las consecuencias de romperlas, a la vez, de posibilidades y consecuencias que naces hasta del más ínfimo cambio.
No está demás decir que cada cuadro que vemos está acompañado del excelente trabajo de Danny Elfman, fusionando el dinamismo con la velocidad rítmica propia de Marvel con sus características notas más tenebrosas y detalles ínfimos que van a hacer saltar la nostalgia en distintas escenas para los fans más atentos.
¿Qué clase de cuadros nos ofrece? una directa coherencia a la temática de la película, efectos y tomas que nos transmiten la inestabilidad de los personajes, la sensación de misterio y sorpresa, un movimiento dentro del as escenas de acción igual de irregular y volátil que la magia misma que canalizan los personajes.
Ahora, In The Multiverse of Madness nos plantea un único «pero», el cual se relaciona en general al funcionamiento de las continuidades del MCU y es que la película no se siente como Dr. Strange 2, es una película que es continuación de los eventos de Wandavision y Spiderman No Way Home, lo cual no plantea un real problema referido al filme per sé, esto ya que su calidad es indiscutible y el crecimiento del hechicero favorito de los fanáticos es orgánico y coherente.
En un resumen, la película es fabulosa, tenía el rol de mostrarnos una nueva mecánica, pero Sam Raimi decidió que tenía que ser icónica y jugar con la memoria y la emoción de los fans, de tal forma como en el terror los fantasmas se esconden para asustar en el momento preciso, esta entrega se encargó de ser precisa. Es breve, pero el tiempo suficiente para que el ritmo no agote a los que la ven. Tiene muchos personajes y tramas, pero aún así se encarga de entregar momentos especiales a los fanáticos y cerrar los arcos necesarios para el futuro de un MCU Multiversal.
Llegando hasta acá, le agradecemos a Cinecolor Films y en conjunto desde Necrocine, los invitamos a que corran a su cine más cercano, porque ese trailer no nos dijo nada sobre la historia, así que no se pierdan Dr. Strange In The Multiverse of Madness.
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