El que baila pasa: ¿volver atrás? ¿o recordar un presente?
El que baila pasa: ¿volver atrás? ¿o recordar un presente?
Hacía ya un tiempo desde que veíamos a Chile como un personaje dentro del cine. Me parece que las primeras imágenes posterior al plebiscito de hace unos años fue un documental de un buen y talentoso conocido del país que al parecer, no envejeció para nada bien (sí, aún hablo de documental).
Sin embargo, hace unos pocos meses vió la luz el recopilatorio más interesante y dinámico que pudo haber engendrado el estallido social, además de tener un punto de vista particular que te lleva por más sitios que solo pensar que es una película sobre política.
Ahora, quiero darme una vuelta por esto último, antes de seguir: la película es entretenida. Sí. Es un acierto ir a verla a las salas de cine porque las distintas escenas que aparecen son un reflejo de dónde estamos parados.
¡Y no hay nada mejor que escuchar las reacciones de las personas ante esto!
El formato vertical rompe con lo predeterminado y pone en cuestión al espectador frente a algo que no sabe bien qué será. ¿Estamos viendo una película formato tik tok? Eso pensé en un principio, pero tiene más recursos que hacen que las capas se complejicen y el formato quede como un recurso necesario.
El documental (o no ficción) está anudado por una narración que constantemente habla desde la nostalgia, el recuerdo, el que será y pudo ser. Y no habla necesariamente de lo que fue y será Chile después de un plebiscito fallido, sino cómo es su gente, sus acciones y emociones. Cómo a través del tiempo la identidad se va generando (o perdiendo). Siendo necesario volver una y otra vez a lo que fue: hay un hilo que pareciera ser mi favorito, que trata sobre la reencarnación ¿lo que fuimos alguna vez seguirá aquí?
Entonces, digo y confirmo, que no es necesario tener una visión frente a lo que fue aquel Octubre. Todo lo contrario. Hay que estar bien pendiente del presente para disfrutar y entender la película y sus capas: la música, los textos, la narración sin voz, los personajes que aparecen retratados. Todo es un universo que representa el ciclo que es vivir en comunidad.
Una propuesta arriesgada para Carlos Araya y María Paz Gonzalez, sí, pero al final qué es la vida sin un poco de riesgo. El que baila pasa es aquella puerta a la reflexión que Chile necesitaba tanto. Un humor muy propio y de todos. Una desesperanzadora esperanza para nuestro presente.
La película está en cartelera de forma acotada. No recomiendo perderse la oportunidad de asistir.
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