Una obra de arte: El Jilguero

by Walalencio · septiembre 30, 2019

Cada decisión en esta cinta es como el trazo a realizar en el lienzo y nuestro artista, John Crowley deja su obra plasmada en dos horas con treinta minutos donde la emoción estará a flor de piel para los espectadores, esto es el Jilguero

El cine no es un parque de diversiones o algo que deba hacerte sólo pasar buenos momentos, el cine esta hecho para provocar y la reacción puede ser agradable, calmada o desagradable, esta cinta si bien para muchos podrá ser lentas es por que el director conoce el ritmo que debe darle a la historia, es un narrador delicado que se preocupa tanto de los espectadores como de los personajes, por lo que visionar esta cinta es un placer para cualquier amante del séptimo arte.

Nos contextualizamos tras encontrarse en el lugar equivocado y sufrir las consecuencias de ello en el Museo Metropolitan de Nueva York, desde esa experiencia Theo vivirá tanto una odisea personal como a nivel social, ya que una decisión por buena o mala tendrá consecuencias y esta la arrastrará gran parte de su vida. Esta primicia nos entrega una gran dificultad a nivel actoral, ya que el mismo personaje es interpretado por dos actores, Theo en su versión joven es Oakes Fegley y en su versión adulta es por Ansel Ergot, puede que la versión adulta la puedes reconocer por cierta adaptación a cierto libro que intenta no ser melodramático, pero es casi imposible no caer con tal argumento al igual que su adaptación cinematográfica, por lo que sacarse ese rastro de la visión del público es difícil, pero no imposible, ambos actores se encuentran conectados por el personaje, una sincronía en su backstory y estudio de personaje deja claro el gran potencial de ambos, el montaje marcado en flashbacks constantes nos deja claro que si bien la diferencia de edad es notoria, puedes identificar sin problemas al personaje, gran valor que se ve representado en toda la progresión dramática.

Es común con talentos infantiles que el resto de los actores se vean opacados, pero es igual que un reloj, todos conocen su función y hace que funcione perfectamente.

Desde las paginas de la novela por Donna Tartt a la pantalla grande, la fotografía es un pilar fundamental, ya que muchos momentos se sienten como una exposición artística y nosotros podemos disfrutar los cuadros presentados en esta cinta, el aspecto técnico no podemos decir más halagos, desde las locaciones hasta el maquillaje, se nota la dedicación y el cuidado, por eso sentía constastemente estar ante una pintura, todo tenia una preocupación desde el autor y la banda sonora te envuelve y ayuda a desenvolver las emociones y contectar la empatía ante dichos personajes, es increíble como un objeto puede cambiar tu vida, desde lo que fue en su tiempo un anillo, hoy es lienzo envuelto en diario donde los recuerdos, el amor, la tristeza y más es lo que en una variedad de pinceladas logra esta obra.

EL Jilguero ya se encontró en el museo, pero hoy se encuentra en los cines, no te la puedes perder es un film que te recuerda el valor del cine y lo que puede lograr.

Trailer: